Las reformas político-electorales siempre han sido indispensables en el juego de las democracias modernas. Porejemplo, en el caso de México se logró el derecho al voto para las mujeres, la llegada del primer gobernador (PAN) que no sea del partido hegemónico (PRI), un Congreso sin mayoría absoluta, así como también en la regulación de los partidos políticos en cuanto a la creación de uno nuevo, fiscalización, tiempos electorales, candados a los candidatos y, sobre todo, en la paridad de género, entre otros como la autonomía del instituto electoral. Por ello, no debemos olvidarnos de lo importante que son las reformas para la sana democracia electoral y que son base clara para un sistema electoral sólido y factible.
Dichas reformas electorales se realizan para mejorar los mecanismos electorales que se ha visto que fallan en las pasadas elecciones. Es decir, cuando algo no funciona bien o deteriora la calidad de la democracia mexicana con la reforma se intenta mitigar y construir los candados para realizarla. En este caso, el estado de Tlaxcala no está alejado de contar con reformas electorales.
Los diputados que integran actualmente la LXIII Legislatura Local al parecer se han olvidado que para crear una reforma de tal magnitud se necesita de especialistas en la materia, incluidos la sociedad civil y las demandas que se pronuncian cada vez con más intensidad por parte de la ciudadanía de lo que ya no se quiere en las campañas, principalmente. Esta legislatura es la primera de la 4T que ha prometido tanto que ya no saben cómo cumplir. Actualmente se requiere una reforma político-electoral por el hecho de que se avecina los comicios electorales más grandes que ha tenido México. Se erigirán a 15 gubernaturas y 20, 868 cargos públicos. Para Tlaxcala el escenario es el siguiente: 1 gobernador, 15 diputaciones de mayoría relativa (elegido por votos), 10 plurinominales, 60 presidencias municipales, 60 sindicaturas, 350 regidurías y 299 presidencias de comunidad, un total de 795 cargos públicos. Asimismo se le suman los diputados a nivel federal junto con los senadores. Por esta razón es indispensable una reforma electoral en estos momentos que son clave para poner las reglas del juego de lo electoral.
Sin embargo, los integrantes del Congreso del Estado hacen creer que es para ello y no para nosotros al no concretar acuerdos y crear una parálisis en el Congreso al ya ser varias veces que no hay quórum legislativo, es decir, no hay mayoría calificada de 17 diputados. Debido a que la reforma debe de concretarse antes de que finalice el mes de agosto. Al parecer quieren caer en la irresponsabilidad y discutir una reforma tan importante en 2 semanas, haciéndola improvisada. Los retos principales de la reforma son los políticos, operativos y, principalmente, presupuestales de cara a las elecciones de 2021.
Esta legislatura tiene más sueños que hechos. Por ejemplo, las diputadas Irma Yordana Garay y Leticia Hernándezproponen que los diputados no estén obligados a separarse del cargo como legisladores si buscan competir por su reelección o algún otro cargo. Esto quiere decir que se les pagará su sueldazo mientras hacen campaña. Ridículo.
Otro ejemplo es el de la diputada Maribel León que propuso una iniciativa de incrementar de 10 a 15 el número de los diputados por representación proporcional (los “pluris”) mencionando que surgió de reuniones con líderes de los partidos políticos con la finalidad de que se contribuya a fortalecer a los partidos en Tlaxcala; ¿es eso o los líderes de los partidos quieren seguir colocando a su gente, o a ellos mismos, en el congreso y no quedarse sin una parte del poder legislativo? Cuando en la reforma electoral pasada (2015) se legisló para que disminuyera el número de diputados de 19 a 15 elegidos por votos y de 13 a 10 “pluris”. ¿Para qué crear más diputados si con 25 no se hace mucho? Colima que es un estado pequeño cuenta con 25 diputados (16 elegidos por votos y 9 plurinominales) y Chihuahua que es el estado más grande de México tiene 22 diputados elegidos por votos y 11 plurinominales. ¿En verdad quieren incrementar de 25 diputados a 30 en el estado más pequeño del México con apenas un poco más de un millón de habitantes? Doblemente ridículos.
Entra de colación la propuesta de la diputada Yazmin del Razo Pérez sobre la iniciativa diputado migrante. Quiere decir que una tlaxcalteca que este viviendo en el extranjero, junto con un suplente, pueda convertirse en diputado local. Me pregunto, si apenas y pocos conocen a los diputados locales actuales, ¿qué le hace pensar que conocerán a un diputado que radica en otro país? Triplemente ridículos.
Por último, la peor iniciativa a la reforma electoral el diseño e implementación del voto electrónico, al parecer los diputados no conocen la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales que mientras no se modifique no pueden implementar el voto electrónico y, en caso de que lo hagan, caerían en una ilegalidad, irresponsabilidad e inconstitucionalidad. Cuádruplemente ridículos.
Cuando los diputados crean una ley, propuestas o iniciativas para ir con las tendencias sociales o para ganar aplausos porque quieren hacer creer que son los diputados “del cambio” están actuando con frivolidad. Tienen que observar la realidad para luego proponer, desde luego, junto con especialistas para no tener las mismas propuestas absurdas que hemos tenido durante muchos años. No quedarse en la superficie, aparentar y simular que hacen, eso se le llama frivolidad. Deben de hacer las cosas con toda la seriedad y responsabilidad que merecemos los tlaxcaltecas.
Tienen que tener mucho cuidado con su manera de legislar de manera absurda y populista. Mucho menos actuar así para una reforma electoral tan importante y necesaria para nuestra democracia moderna.
De colofón
Algunos diputados siguen laborando de manera virtual cuando Congresos de otros estados ya han tomado las medidas sanitarias correspondientes para no seguir aplazando el trabajo legislativo. En Tlaxcala el Congreso sigue de vacaciones. Peor, ya hay trabajadores del Congreso que dieron positivo al examen de COVID-19 y, por si fuera poco, Irma Yordana Garay, presidenta de la Comisión de Asuntos Electorales, no ha entregado su informe sobre la reforma político-electoral al parecer por pleitos entre diputados. El Congreso sigue paralizado, sigue de adorno.
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