La expresión no es nueva. Ha sido usada para referirse a momentos en que se pone en manos de sus apóstatas (renegados-falsos-traidores-corruptos) a la Iglesia Católica, en manos de quienes quisieran verla derrotada o dividida.
Lo anterior viene a cuento, porque justo eso es lo que la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros está por hacer, al dejar al todavía director jurídico de la Segob, Miguel Ángel Sánchez Ramírez al frente del Instituto Tlaxcalteca para Devolverle al Pueblo lo Robado.
Y sí, tal y como lo piensa, el chiste se cuenta solo.
Como es posible que el gobierno del estado pretenda dejar al frente de una dependencia que a nivel federal nació para combatir y castigar la corrupción a un personaje tan siniestro, gris y corrupto como Sánchez Ramírez.
Ya van varias voces, en público y en privado, que han ventilado el jugoso negocio que este funcionario público ha hecho, desde un inicio y al amparo del poder.
Según se sabe, el jurídico de la Segob, nunca ha actuado solo, pues siempre tuvo el aval de su exjefe, Sergio González Hernández y la complicidad de varias funcionarias “cercanas” de medio nivel, como la responsable de Asuntos Laborales del gobierno del estado.
Su modus operandi es de todos conocidos, dejar perder laudos laborales que representan una carga financiera fuerte para las arcas del gobierno estatal, que los trabajadores cobren esos laudos milonarios y que se reporten con un despacho externo que, aparentemente. actúa en complicidad con la Segob.
Lo peor de todo es que tal parece que en la Segob las cosas cambiaron para seguir igual, pues estas situaciones dejan en descubierto que el no mentir, no robar y no traicionar al pueblo como dice Morena, es solo una pantalla.