Estudios de opinión realizados por el partido guinda confirmaría que está en grave riesgo de perder al menos siete de los 15 distritos electorales locales, también, la posibilidad evidente de que se avecinan dolorosas derrotas en municipios insignias para Morena, como Tlaxcala y Chiautempan.
Así mismo, que está lejos de ganar Apizaco y Huamantla, incluso Contla que ya lo consideraba su bastión, ya que entre los morenistas hay descontento por los errores cometidos por la diputada con licencia Marcela González, a quien se señala de simular acciones de operación política, porque claramente le han quedado a deber al partido, a los candidatos y a las propias estructuras.
La idea de priorizar la elección de diputados locales para tratar de controlar la transición con el próximo gobierno estatal, hizo que dicho proceso se impusiera al de los Ayuntamientos, incluso la de la Presidencia de la República y al de las curules del Congreso de la Unión.
Ahora, con números fríos, se demuestra que la decisión no fue la mejor, porque permitió a la oposición avanzar. A todo ello hay que añadir un vicio de origen, en el que también tiene culpa González Castillo: la imposición de candidatos a cargos de elección popular, porque obviamente no se eligieron con base en su competitividad electoral.
No se puede culpar a los seguidores del Presidente, que en la forma y el fondo, las malas decisiones cupulares, donde el dirigente estatal de Morena, Carlos Augusto Pérez, ha sido cómplice, ha generado animadversión entre los propios morenistas y aliados, que a propósito han dejado de sumarse en busca de cobrar esta afrenta.
Las alarmas ya pusieron a redoblar esfuerzos. Hay desesperación. Y la oposición espera fallos para que los tribunales electorales hagan lo suyo para incidir en la contienda local.