Don Emmanuel Fernández, originario de La Magdalena Tlatelulco, lleva más de 40 años vendiendo chicharrones fritos en Santa Ana Chiautempan.
La receta que utiliza tiene más de 70 años y proviene de Chapultepec, Ciudad de México. Este oficio no solo ha sido su sustento diario, sino que también ha pasado su conocimiento a sus hijos, quienes ahora participan en el negocio familiar.
Cada día, desde las 4 de la mañana, Don Eduardo comienza la preparación de sus productos, los cuales acompaña con una salsa de guajillo preparada en molcajete, un complemento que ha sido clave en el distintivo sabor de sus chicharrones de trigo.
La dedicación de Don Eduardo y su familia a este oficio no solo preserva una tradición culinaria, sino que también ofrece a la comunidad una botana que ha resistido la prueba del tiempo.
Además de ser una fuente de ingresos, este negocio representa una tradición que ha pasado de generación en generación, demostrando la importancia de la herencia cultural en la gastronomía mexicana.
Vía: Edgar Hernández