El merengue con pulque: una herencia gastronómica de Ixtacuixtla

En el municipio de Ixtacuixtla de Mariano Matamoros, el merengue no es solo un dulce tradicional, forma parte de la memoria colectiva de la comunidad. Su preparación conserva técnicas heredadas y un ingrediente distintivo que lo diferencia de otras versiones del país: el pulque.

Álvaro Mota, uno de los principales productores de merengue en el municipio, explica que esta tradición lleva más de 50 años en su familia. “Mi hermano Irineo Mota Pineda fue quien empezó a elaborarlo. Aprendió la receta en el Estado de México y al regresar, decidió incorporar el pulque de la región”, relata. Ese cambio le dio al merengue un sabor particular, que hoy es parte del patrimonio local y gastronómico.

Mota asegura que la elaboración del dulce sigue siendo artesanal. “Usamos cazuelas de barro y el batido se hace a mano. Hay que cuidar los tiempos, no es algo que se haga rápido.” El proceso requiere precisión, especialmente en la incorporación del pulque, que debe añadirse en el momento justo.

Además de la receta tradicional, los productores han desarrollado variantes como duquesas, gasnates, yoyó o gusano y vasito con merengue tradicional, disponibles en sabores como fresa, limón y mango. Para Álvaro, esta evolución permite que el merengue llegue a nuevas generaciones sin perder su esencia.

Juan de Dios, presidente de comunidad, subraya la importancia de reconocer y difundir este tipo de saberes. “No solo es un postre; es una expresión cultural que habla de nuestras raíces. Apoyar a quienes mantienen viva esta tradición es fundamental para conservar nuestra identidad.”

Hoy, en San Felipe Ixtacuixtla, hacer merengue sigue siendo más que un oficio: es un legado familiar que se transmite con orgullo y sabor.

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