Por: Alberto Amaro
A cuatro días de su desaparición, no hay rastro del maestro José Manuel López Juárez, de 37 años, quien fue visto por última vez la tarde del viernes 4 de julio en el municipio de Tlaxcala, mientras conducía un vehículo Kia Río gris con placas XXE-494-C. Vestía una playera verde, pantalón de mezclilla azul y tenis tipo choclo azul marino del número 29. Desde ese momento, su familia no ha tenido ningún tipo de comunicación con él.
El caso ha encendido las alarmas en la comunidad educativa, donde el maestro es ampliamente conocido por su labor profesional y compromiso con sus alumnos. Desde el sábado, sus seres queridos interpusieron una denuncia ante la Fiscalía Especializada en Personas Desaparecidas del Estado, y se activaron los primeros protocolos de búsqueda, sin éxito hasta ahora. Vecinos, amigos y alumnos se han movilizado de manera inmediata para distribuir su ficha de búsqueda en redes sociales, colocar lonas y realizar volanteo en la capital y municipios cercanos.
La desaparición de López Juárez no es un hecho aislado, sino parte de una crisis nacional que ha alcanzado niveles alarmantes. Según cifras de Amnistía Internacional, México supera ya las 120 mil personas desaparecidas en los últimos años, con un incremento sostenido de casos desde 2018. Sólo en 2024 se reportaron más de 13 mil desapariciones nuevas, un fenómeno que la organización ha calificado como una emergencia humanitaria que el Estado mexicano no ha sabido contener. Pese a la existencia de una Comisión Nacional de Búsqueda y nuevas bases de datos forenses, la falta de resultados concretos y la revictimización de las familias siguen siendo una constante.
En Tlaxcala, aunque las cifras son menores que en estados como Jalisco, Tamaulipas o Veracruz, la situación no es ajena. Durante el último año, los reportes por desaparición en la entidad aumentaron un 18 %, principalmente en municipios con conexión directa a rutas interestatales. Organizaciones civiles han advertido que Tlaxcala podría estar siendo usada como corredor de paso por grupos criminales, lo que agrava el riesgo para personas en tránsito o vulnerables.
Fuentes extraoficiales informaron que se han revisado cámaras de vigilancia en las salidas de la ciudad, sin hallazgos relevantes. Tampoco se ha localizado el vehículo en ningún corralón o punto de monitoreo regional.
Los colectivos de búsqueda en el estado exigen una respuesta más eficaz por parte de la Fiscalía General de Justicia. “Cada desaparición no es un número: es una vida, una historia, una familia que se desmorona”.
La Prensa de Tlaxcala ha documentado anteriormente otros casos similares que, tras la presión mediática, lograron avanzar en la localización de personas. Por ello, este medio hace un llamado urgente a las autoridades estatales y federales para que intensifiquen la búsqueda con todos los recursos disponibles, incluyendo la activación de alertas interinstitucionales, revisión de antenas telefónicas y colaboración con entidades vecinas como Puebla e Hidalgo.
El maestro José Manuel López Juárez no puede convertirse en un nombre más en una base de datos. Su ausencia duele, su desaparición indigna, y su caso refleja el rostro más oscuro de una realidad que sigue cobrándose vidas mientras la justicia permanece ausente.
Si usted tiene información que ayude a localizarlo, puede comunicarse de manera confidencial al teléfono de la Fiscalía Especializada en Personas Desaparecidas del Estado de Tlaxcala, o al 911. Cada minuto cuenta. La indiferencia también desaparece.
