Por: Alberto Amaro
El presidente municipal de Mazatecochco, Emilio González Cortés, ha quedado nuevamente exhibido por la justicia como un funcionario incapaz de conducirse con legalidad, respeto y transparencia. La Sala Regional de la Ciudad de México del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) ratificó que él y su secretario, Oswaldo Montiel Xicohténcatl, incurrieron en violencia política en razón de género contra la regidora Anayely González Castró.
La denuncia, presentada desde abril ante el Tribunal Electoral de Tlaxcala (TET), reveló una serie de hostigamientos y bloqueos en el trabajo de la regidora. En junio, el TET dictó sentencia en su favor y, tras los infructuosos intentos del edil por evadir responsabilidades, el 21 de agosto el TEPJF confirmó el fallo: ambos funcionarios deben respetar los derechos y funciones de la regidora, ajustándose a los principios de legalidad y derechos humanos.
De la violencia política a la agresión contra la prensa
Lejos de acatar la resolución, González Cortés ha mostrado un rostro aún más preocupante: la represión contra periodistas. Durante un reciente acto público, al ser cuestionado por representantes de diversos medios, sus guaruras arremetieron contra reporteras y reporteros, en un acto de violencia que intenta silenciar a la prensa local.
Lo más grave llegó después: en lugar de disculparse, el alcalde se victimizó y declaró sentirse “acosado por la prensa”, cuando lo único que hicieron los reporteros fue exigirle cuentas sobre un tema que afecta directamente a la ciudadanía.
Un alcalde que desprecia la rendición de cuentas
Con esta actitud, González Cortés no solo confirma la violencia política que ya acreditó la justicia, sino que además demuestra un abierto desprecio al derecho de los ciudadanos de Mazatecochco a estar informados. La negativa a responder y la agresión a la prensa son síntomas de un gobierno marcado por la soberbia y el autoritarismo.
La sentencia del TEPJF lo deja claro: González Cortés está inhabilitado moral y políticamente para gobernar. Sin embargo, sigue aferrado al poder, usando la violencia y el silencio como sus únicas respuestas.
Mazatecochco merece transparencia y respeto, no un alcalde que insulta la democracia con cada palabra y con cada golpe ordenado contra quienes cuestionan sus abusos.
