La tarde de este martes, la tranquilidad de la calle Morelos se rompió de golpe cuando un vehículo terminó incrustado en la fachada de una vivienda, tras ser conducido —según vecinos— por la exsecretaria del Ayuntamiento de Amaxac de Guerrero, Lizbeth Hernández Mora, quien presuntamente viajaba en estado de ebriedad junto con una acompañante.
El incidente ocurrió a la altura del número 40, donde el automóvil perdió el control y se proyectó contra la casa, generando pánico entre los habitantes y poniendo en riesgo a peatones y automovilistas que transitaban por la zona. Testigos relataron que, tras el impacto, ambas mujeres descendieron visiblemente alteradas.
De acuerdo con los vecinos, Hernández Mora era quien conducía la unidad al momento del choque. Sin embargo, en un intento por deslindarla, su acompañante habría cambiado rápidamente de asiento para asumir la responsabilidad. La maniobra fue evidenciada por los propios testigos, quienes no dudaron en denunciar la versión real a las autoridades.
Elementos municipales trasladaron a ambas mujeres a los separos para su puesta a disposición, mientras se investiga la procedencia del automóvil que, según habitantes de la colonia, habría sido robado momentos antes. También se espera la localización del propietario para iniciar las denuncias correspondientes.
Lo que más indignó a los presentes fue la actitud altiva de la exfuncionaria, quien —afirmaron— mantuvo una postura prepotente incluso después del accidente, “como si todavía fuera la presidenta municipal”.
Hernández Mora fue separada de su cargo meses atrás, tras múltiples señalamientos por incumplimiento de funciones y constantes episodios de conducta inapropiada. Su nombre volvió a ser tema de conversación pública desde aquella asamblea ciudadana en Metecatlán, donde estalló contra los asistentes con la frase: “Ya me tienen hasta la madre”, exhibiendo su incapacidad para mediar en conflictos comunitarios.
Ahora, su nuevo episodio en la vida pública vuelve a encender las alarmas sobre la conducta de exservidores públicos y la urgente necesidad de que las autoridades esclarezcan responsabilidades para evitar que este tipo de hechos queden impunes.
