En la comunidad de Santiago Cuaula , municipio de Calpulalpan, existe un artesano que lleva más de 50 años dedicándose a elaborar ojos de vidrio para maniquíes o máscaras, su nombre es José Luis Rivera y a lo largo de los años, ha logrado producir una infinidad de modelos y tamaños de ojos de vidrio.
“Si me dicen quiero un ojo especial, nada más que me digan qué quieren y veo qué puedo hacer”, comenta con orgullo.
Una anécdota notable en su carrera involucra a unos escultores de Cholula, conocidos por sus piezas religiosas. “Una vez llegaron a buscarme porque querían que les ayudara a resolver un problema. Traían la cara de una imagen grande a la que le pusieron focos como ojos y el cura del pueblo que se las avienta”, recuerda José Luis. Los escultores necesitaban que les hiciera unos ojos adecuados para la imagen, ya que no podían venderla y les urgía tenerla lista antes de la fiesta religiosa del pueblo.
José Luis explica que fundir vidrio para realizar su arte no es tarea fácil. Sin embargo, aceptó el desafío. Al final, logró fabricar los ojos y cuando los escultores vieron el trabajo, quedaron satisfechos con el resultado.
Lo que destaca es la importancia de los ojos en cualquier pieza, ya sea de madera o de yeso.
“Cuando llega una persona al mercado y ve un niño dios, lo primero que dice es qué bonitos ojos, lo primero que ven es la cara y el ojo que tiene, el ojo vende a la imagen, independientemente de la decoración que tenga. Qué bonita mirada tiene, de ahí le nace a la gente por comprar”, concluye José Luis.
Así, el maestro artesano de ese pueblo originario, ubicado en el municipio de Calpulalpan, continúa su labor con pasión y dedicación, creando ojos que dan vida y carácter a las figuras que adornan tanto hogares como lugares de culto en México.
