La alcaldesa Ana Lucía Arce Luna vuelve a mostrar su estilo vulgar de hacer política, entregando un obsequio que refuerza estereotipos machistas y ofende la dignidad de las mujeres del municipio.
En un gesto que ha sido calificado por muchas ciudadanas como una falta de respeto y una burla, los presidentes de comunidad de los barrios Tlaltepango, El Cristo, San Miguel, San Cosme y Jesús entregaron como “regalo” del Día de las Madres una cubeta de plástico de aproximadamente 10 pesos, acompañada de un abrazo “a nombre de la presidenta municipal”, Ana Lucía Arce Luna.
La justificación fue la supuesta austeridad del municipio, pero para muchas personas esta acción refleja más bien el desprecio de las autoridades hacia las mujeres. La entrega de cubetas no solo es vista como un gesto pobre en lo simbólico y material, sino como una muestra clara de machismo institucional, al sugerir que el papel de la mujer está ligado exclusivamente a las labores domésticas.
El malestar aumentó cuando se evidenció que estos obsequios se repartieron principalmente en los barrios que tradicionalmente han respaldado las decisiones de la alcaldesa sin cuestionamientos, lo que ha hecho pensar a muchos que se trata más de un gesto clientelar que de un homenaje genuino a las madres.
Vecinas del municipio han señalado que el detalle, lejos de ser un reconocimiento, refuerza estereotipos ofensivos y deja al descubierto la visión reduccionista y retrógrada de la presidenta municipal, quien una vez más exhibe su estilo vulgar y poco sensible de ejercer el poder. “¿Por qué no regalar algo que las haga sentir valoradas como personas, como mujeres, como madres?”, reclamó una de las asistentes al evento.
Cabe recordar que mientras las madres reciben cubetas de 10 pesos, la presidenta municipal percibe un salario mensual cercano a los 90 mil pesos, y su secretario del Ayuntamiento, señalado por presuntos actos de acoso y violencia, cobra alrededor de 30 mil pesos.
Las voces críticas en San Pablo del Monte se multiplican, exigiendo respeto y una verdadera política de género, no simulaciones que disfrazan el desdén con un abrazo barato y un artículo de limpieza.
