Por: El resortes
El “nuevo aire” en la Dirección de Seguridad Pública de Zacatelco llegó apestando a lo mismo de siempre: corrupción, complicidad y negocios sucios desde el poder. Jesús Herrera Moreno, flamante director municipal de Seguridad, ya protagoniza su primer escándalo, luego de que presuntamente liberó a dos ladrones y una camioneta robada sin dar aviso al Ministerio Público, borrando toda evidencia del delito como si aquí no pasara nada… o como si pasara mucho, pero debajo de la mesa.
La denuncia es grave y proviene de elementos que participaron en el operativo. La versión oficial es que se logró la recuperación de una camioneta robada en los límites de Zacatelco y Xicohtzinco. Gracias a la coordinación entre policías estatales y municipales, se detuvo a dos sujetos y se recuperó la unidad. Hasta ahí, parecía un triunfo. Pero la realidad pronto cayó como baldazo de agua podrida: ni la camioneta ni los delincuentes fueron puestos a disposición de la Fiscalía General del Estado.
¿Qué pasó en ese “intermedio”? ¿Qué negoció Jesús Herrera Moreno para desaparecer el delito y liberar a los presuntos ladrones sin consecuencias? Nadie del ayuntamiento quiere hablar, mucho menos el presidente municipal, José Miguel Acatzi Luna, quien ya se ganó a pulso el mote popular de alcalde del “Corazón de los Robos”.
¿Justicia o negocio?
Este no es un simple error administrativo ni una omisión inocente. Estamos ante lo que aparenta ser una operación de encubrimiento hecha desde la cabeza de la policía municipal, dirigida por un hombre que carga con un historial nada limpio. Jesús Herrera ha sido señalado y no una sola vez por presuntas extorsiones, vínculos con grupos delictivos, y actos de corrupción cuando fue director en el municipio de Chiautempan, y Director de los Centros de reinserción social de Tlaxcala (CERESO).
De ahí que su llegada a Zacatelco haya levantado cejas desde el primer día. Lo que muchos temían, hoy se confirma: no vino a proteger al pueblo, vino a hacer negocios con los delincuentes. Y lo peor: todo indica que lo hace con el respaldo del presidente municipal, Miguel Acatzi, quien lo puso ahí no por su experiencia, sino por su disposición a operar “a modo”.
¿Quién protege a quién?
Mientras la ciudadanía vive con miedo real por los altos índices de robo, asaltos y violencia, el gobierno local maquilla cifras, encubre irregularidades y guarda un silencio cómplice. ¿Cómo confiar en una policía que libera ladrones? ¿Cómo confiar en un alcalde que calla ante una traición tan clara a la legalidad?
Zacatelco está siendo tomado por el crimen, pero lo verdaderamente alarmante es que el enemigo no está afuera, está uniformado y con cargo público. Lo grave no es solo que Jesús Herrera no haya presentado a los delincuentes, sino que nadie en el gobierno se atreve a investigarlo ni separarlo del cargo. ¿Cuánto cuesta la seguridad pública en Zacatelco? ¿A quién se le paga la cuota?
La Fiscalía: ausente y omisa
Como era de esperarse, la Fiscalía General del Estado no ha dicho una sola palabra. No hay investigación abierta, ni exigencia de explicaciones al director municipal. Es el retrato perfecto de una institucionalidad descompuesta, donde la ley se aplica según convenga y los ciudadanos quedan a merced de una red de complicidades.
Zacatelco está perdiendo la batalla contra el crimen no solo por la fuerza de los delincuentes, sino por la cobardía y corrupción de quienes deberían enfrentarlos.
La llegada de Jesús Herrera no representó ningún cambio. Fue solo el relevo de un policía por un operador político de la impunidad.
Y si el presidente municipal no lo remueve, lo investiga o lo denuncia, entonces queda claro que no solo lo tolera… lo protege.
