Lo acompañaba la omisa en consumir ácido fólico cuando lo tenía en su pancita, ahora diputada local Maribel Cervantes Hernández, quien como diputada sólo se dedica a levantar los dedos.
Ni el dolor ajeno ni el respeto por la vida detienen al oportunismo político de Miguel Ángel Covarrubias Cervantes, exdiputado local que ha hecho de la estridencia y el protagonismo barato su forma de vida pública.
Esta vez, el también conocido como “El Meón” se coló en la escena de una tragedia para montar su espectáculo más grotesco: explotar la muerte de un conductor de plataforma digital atropellado por una patrulla del Servicio de Protección Federal (SPF).
Mientras familiares y compañeros del joven fallecido exigían justicia con el alma destrozada, Covarrubias irrumpió en el bloqueo carretero con gritos, acusaciones al aire y discursos incendiarios, como si estuviera en campaña o frente a un reality show. Se le fue encima a elementos de la Guardia Nacional, tachándolos de “encubridores” y “flojos”, y no perdió la oportunidad de disparar contra el gobierno actual, al que calificó una vez más de “nefasto”.
Pero su intervención no fue más que eso: una función personal, vulgar y desubicada, que lejos de aportar claridad o apoyo, sembró más confusión y provocación en un ambiente ya de por sí cargado de indignación.
Testigos en el lugar calificaron su presencia como una falta de respeto, una burla al luto y una jugada desesperada para volver a aparecer en medios a costa del dolor humano.
Porque si algo ha demostrado Covarrubias a lo largo de los años, es que donde hay una cámara, él encuentra un micrófono. No importa si hay muertos, heridos o familias destrozadas; lo esencial es que su rostro esté en primer plano.
En vez de sumarse al clamor legítimo de justicia, “El Meón” se dedicó a gritar buscando culpables sin pruebas, azuzando a los presentes, sin propuestas, sin datos, sin respeto.
El saldo de su “visita” fue el predecible: tensión, molestia entre los presentes y una amarga sensación de que hay quienes no conocen límites con tal de figurar. Porque cuando el oportunismo es más fuerte que la decencia, ni la muerte detiene a los carroñeros de la política local.
Por ultimo, es importante resaltar que este “mediocre, oportunista y prófugo del ácido fólico” cuando se desempeñó como diputado local, entregó animales enfermos y de mala calidad a los ciudadanos, en ese momento no gritó, no pidió justicia, claro pues el se había chingado el dinero. Otro evento es cuando su hermano el otro “prófugo del ácido fólico” aún siendo presidente municipal de Texoloc, se negó a ser revisado por un policía municipal de Tlaxcala, por qué ? Por que efectivamente el señor andaba armado y el arma estaba asignada a la Dirección pública de Texoloc, de donde la tomó el hermano del mion.
