Por: Alberto Amaro
La Feria de Tlaxcala, considerada la máxima celebración cultural del estado, atrae cada año a miles de visitantes con espectáculos, juegos mecánicos y actividades familiares. Sin embargo, junto con la diversión, se repiten incidentes que ponen en duda la seguridad dentro y fuera del recinto: robos de vehículos, riñas, reventa de boletos y fallas en atracciones.
Robos en inmediaciones del recinto ferial
El robo de vehículos figura entre los delitos más frecuentes en el estado durante las fechas de feria. Tan solo en 2024 se reportaron más de 1,500 autos y motocicletas robados, de acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Aunque en algunos años las autoridades han presumido “saldo blanco”, asistentes señalan que los estacionamientos y accesos a la feria continúan siendo puntos vulnerables para la delincuencia, sobre todo en horarios nocturnos.
Riñas en el palenque y el recinto ferial
Otro de los problemas recurrentes son las riñas entre asistentes, principalmente en el palenque y zonas de bares dentro del recinto. En ediciones recientes se han registrado enfrentamientos entre grupos de personas bajo los efectos del alcohol, lo que ha derivado en golpes, lesiones y la intervención de la policía.
En 2023, la Secretaría de Seguridad Ciudadana reportó varias detenciones por riñas dentro del palenque durante presentaciones musicales, lo que evidenció la falta de filtros más estrictos en la venta de alcohol y en el control de acceso.
Comerciantes consultados aseguran que las peleas “son cada vez más comunes” y que generan un ambiente de inseguridad para familias y visitantes.
Juegos mecánicos: diversión con riesgo
Los juegos mecánicos también han estado en el centro de la polémica por fallas graves:
- En 2024, el juego “Zeus” se detuvo con visitantes a más de 50 metros de altura.
- En 2022, varios niños quedaron atrapados en el juego “Fire Brigada” durante más de 30 minutos.
- En 2018, un joven cayó de la atracción “Turbo Force”, lo que obligó a su clausura.
Estos incidentes muestran una supervisión deficiente en mantenimiento y la falta de protocolos claros de emergencia.
Los hechos delictivos y de violencia han comenzado a empañar la reputación de la feria. Para muchos asistentes, la fiesta popular requiere más vigilancia en accesos, controles de alcohol, revisión técnica de juegos y operativos preventivos contra robos.
Mientras tanto, la Feria de Tlaxcala sigue siendo un atractivo cultural de gran importancia, pero también un espacio donde la diversión convive con riesgos previsibles que año con año generan preocupación.
