Madai Pérez Carrillo: la diputada del vacío, sin resultados, sin rumbo y sin gratitud

En vez de rendir cuentas claras o mostrar avances tangibles, la diputada morenista Madai Pérez Carrillo parece haber encontrado su refugio en los discursos huecos y las promesas recicladas.

 

En su más reciente intento de justificar su gestión, la legisladora anunció que pronto lanzará un video con sus “principales acciones”, aunque en la realidad nadie logra identificar una sola propuesta con impacto real.

Vecinos del distrito 7 expresan su creciente frustración: aseguran que desde que Madai Pérez asumió el cargo, no la han visto caminar las calles, ni atender los problemas de su comunidad. “Solo aparece para la foto, cobra cada quincena, pero no trabaja para nosotros”, lamentan los ciudadanos, quienes califican su gestión como “una burla y una pérdida de tiempo y recursos públicos”.

Cuando se le pregunta sobre iniciativas a favor de los sectores vulnerables como la comunidad LGBTQ+ o los grupos de atención prioritaria, Pérez evade con frases hechas y un eslogan repetido hasta el cansancio: “Madai es del pueblo”. Sin embargo, detrás del discurso populista no hay ni una sola propuesta sólida.

Ejemplo de ello fue una de sus ocurrencias legislativas más criticadas: una absurda propuesta en la que, según se dijo, pretendía “registrar” a los perritos callejeros con INE y WhatsApp, una idea que provocó carcajadas y molestia entre los propios simpatizantes de su partido.

A este cúmulo de desaciertos se suma la percepción de que Madai Pérez no solo es una diputada improductiva, sino también una política ingrata, pues —según quienes la impulsaron en campaña— ni siquiera agradeció a su equipo de trabajo y mucho menos cumplió las promesas que la llevaron al Congreso local.

Hoy, lo que para ella parece una carrera política consolidada, para los ciudadanos de su distrito se ha convertido en un símbolo de fracaso, simulación e indiferencia. Cada día son más las voces que exigen que deje los discursos vacíos, se ponga a trabajar de verdad y justifique el elevado salario público que recibe sin resultados que lo respalden.

En pocas palabras, Madai Pérez se ha convertido en el rostro de la improductividad legislativa, una representante que habla mucho, promete más y cumple nada.

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