Por Jesús Michel Narváez
No, señor Presidente: no somos perros para que nos quite el bozal.
Tampoco somos parte de su ejército de corifeos a los que les paga para aplaudirle.
Somos periodistas y gozamos de la libertad de expresión que USTED, sí USTED, nos quiere arrebatar en aras de su transformación que, dicho sea de paso, no se ve ni se siente porque tampoco está presente.
Sus expresiones por todo lo publicado debido al fallido operativo en Culiacán, no abonan a la unidad y cristiandad que tanto pregona.
Porque lo relatado en los medios de comunicación sobre el operativo, fueron hechos. Acciones confirmadas de primera mano.
El vacío de información oficial, la ausencia de su vocero o de los integrantes del gabinete para dar a conocer las razones de haber cedido la plaza, se llenó con lo que los reporteros observaron. ¿Se pretende aplicar censura ante hechos públicos?
No inventamos. Usted dijo no haber sido enterado del operativo pero su secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, reconoció ante legisladores que sí sabía. Es decir, nos MINTIÓ a todos los mexicanos.
Usted clama que no es como los otros y que no engaña, no miente y no roba. De entrada ya nos mintió y nos engañó.
Si le irrita tanto que no se le aplaudan las decisiones equivocadas, no las tome.
Por cuanto a su fallida interpretación de la frase acuñada por Gustavo A. Madero, le pregunto: ¿Cuándo y quien nos puso el bozal?
Porque le insisto: NO SOMOS PERROS callejeros ni de pelea. Somos, simplemente, periodistas que examinamos los hechos.
Los reporteros ponen en peligro sus vidas, ahí está la volcadura de la camioneta en su pasada gira a Sonora, y no hubo siquiera una disculpa para los compañeros.
Les pidió, eso sí, que no vayan. Ignora o lo hace intencionalmente, que los gastos de los enviados los pagan las empresas para las que prestan sus servicios. Y que los municipios y los gobiernos estatales “apoyan” a la coordinación de comunicación social de la Presidencia.
A usted lo trato con respeto. Le exijo lo mismo.
Y no, no me gustan las croquetas.
