Un niño de 8 años encuentra felicidad en tocar las campanas de la Parroquia de San José.
En medio de la bulliciosa ciudad, un niño de aproximadamente 8 años, ha encontrado su propia fuente de felicidad en un lugar inesperado: las campanas de la Parroquia de San José, en el corazón de Tlaxcala capital.
Con una sonrisa radiante y ojos brillantes, este pequeño entusiasta se siente atraído por la música y la tradición que rodea a las campanas de la parroquia. Cada vez que tiene la oportunidad, se apresura a tocarlas, llenando el aire con un sonido melodioso que refleja su alegría y energía.
“La infancia es un regalo, un momento para soñar y explorar”, comenta un familiar del niño. “Es hermoso ver cómo nuestra ciudad ofrece espacios para que los niños puedan crecer y desarrollarse de manera saludable y feliz”.
Esta historia es un recordatorio de que la felicidad puede encontrarse en los momentos más simples y que la infancia es un tesoro que debe ser valorado y protegido.