Esta tarde, en el boulevard Guillermo Valle, se pudo observar a un joven tragafuego ofreciendo un espectáculo callejero a cambio de algunas monedas.
Con gasolina en la boca y fuego en las manos, arriesgaba su vida para captar la atención de los transeúntes y así poder ganar algo de dinero para comer. Su valentía y necesidad reflejan la cruda realidad de muchos artistas urbanos que, en medio de condiciones precarias, recurren al arte como medio de supervivencia.