En Tlaxcala ya no se habla de quién podría ser, sino de quién ya es. La sucesión del 2027 dejó de ser un misterio y se convirtió en un proceso que avanza sin disimulo.
Por: Lourdes Flores
El presidente municipal de la capital, Alfonso Sánchez García, camina con el temple de quien sabe que tiene la venia de la gobernadora y que, hasta ahora, no hay fuerza interna que logre contradecir ese rumbo.
Desde hace tiempo, quedó claro que los demás aspirantes dentro de Morena funcionaron más como distracción que como posibilidad, eran figuras colocadas para aparentar pluralidad, pero sin margen real de maniobra, la decisión estaba tomada y solo uno tenía vía libre.
En estas últimas semanas, ese escenario se fortaleció aún más, pues no hizo falta un anuncio oficial para que la clase política entendiera por dónde iba el viento. Los que intentaron competir, aunque nunca estuvieron cerca de hacerlo, ya se retiraron discretamente y ahora no les queda más que alinearse detrás del proyecto que encabeza Sánchez García.
El gesto más revelador ocurrió cuando los diputados de la LXV Legislatura posaron junto a él. La imagen demostró que nadie quiere quedarse fuera del proyecto que ya domina la conversación interna del partido guinda, no asiste casi la totalidad del Congreso a una reunión por cortesía, asiste porque sabe hacia dónde se dirige la estructura.
A esa fotografía se sumó una declaración, el rebelde Homero Meneses Hernández, quien durante meses jugó el papel de voz disonante, concedió públicamente que, si el partido elige a Alfonso, él se integrará al proyecto.
No se necesita una lectura profunda para entender lo que significa, reconoce que su propia aspiración quedó sepultada y que resistirse sería políticamente inútil.
Todo indica que Alfonso Sánchez García seguirá acumulando respaldos y movimientos clave en este cierre de año. Su operación política avanza y se consolida, por lo que, a estas alturas, cualquier duda sobre quién encabezará la candidatura de Morena en 2027 se desvanece un poco más cada semana.
