Con desfile, casas iluminadas y nacimientos realizados con diferentes materiales, es el atractivo decembrino que tiene la comunidad de San Pedro Tlalcuapan, del municipio de Santa Ana Chiautempan.
A las faltas de la Matlalcueyetl dentro del municipio de Santa Ana Chiautempan se encuentra una comunidad llamada San Pedro Tlalcuapan, que en época de fin de año realizan actividades muy luminosas y de tradición católica con la instalación de nacimientos, muchos de estos de diferentes materiales.
La población de orígenes Náhuatl y con la característica de ser lugar migrante, donde la mayoría de su población viaja al vecino país de norte para trabajar y así poder mantener a sus familias, tienen sentimiento de arraigo por parte de los más “viejos” donde en la elaboración e instalación de los tradicionales nacimientos, cuentan su tradición, cultura y el anhelo que no se olviden “de donde venimos”.
Por ejemplo la familia Zontlimatzi Mixcoatl, quienes llevan más una década instalando un nacimiento muy significativo y especial. Ellos recrean en su jardín la mayoría de los pasajes bíblicos y lo más espectacular, una colección con alrededor de 30 nacimientos diferentes, ya sea en tamaño y materiales, ellos cuentan con un nacimiento miniatura, hecho en una cáscara de semilla de Pistache, la cual adquirieron en una parte serrana de la república mexicana, sin duda una pieza única.
Pero no es el único que tiene nacimientos impresionantes, casas más abajo, luego de pasar cinco meses, una vivienda, donde no quisieron proporcionar sus datos, realizaron una instalación donde nos cuentan de como los antiguos habitante de Tlalcuapan vivían, y realizaban sus actividades diarias, dejando un mensaje, de que hay que regresar a esas viejas practicas, como en el cocinar, el intercambio de productos por el trueque y el amor a la naturaleza. Referente a ese tema realizaron una “replica” de la Malinche, quien los cuida, desde hace muchos años, comentaron, y que la están destruyendo poco a poco haciendo que desaparezcan animales que mantenían el equilibrio de la montaña.
Metros más abajo hallamos nacimientos realizados con hoja de maíz, narrando la historia de la vida de Tlalcuapan, de las actividades de sus pobladores. También no faltaban esos nacimientos con figuras de un metro de alto, que abarcaban extensiones largas, y claro…. La gente, los niños, esos olores de antojitos, de fritangas, de ponche, chile atole, de leña, de provincia, de campo, de antaño.
Sin duda México tiene lugares espectaculares, llenos de vida, tradición y significado, y Tlaxcala no se queda atrás, San Pedro Tlalcuapan es la muestra de que en estados chiquitos, hay una grandeza cultural y de tradiciones.