Secretaría del Bienestar: De la negación al apapacho

Siempre tierna, gentil, dotada de encanto natural hasta el grado de despertar en mi persona reminiscencias, evocaciones de mi infancia; cuando veía en televisión –en B/N- cantar a Angélica María <la novia de México, decían> La delegada Federal de la Secretaría del Bienestar licenciada Lorena Cuéllar Cisneros ofreció una rueda de prensa la mañana del pasado 12 de junio en un auditorio de la institución bajo estrictas y puntuales medidas de control sanitario a cargo del numeroso personal anfitrión; el objetivo consistió en dotar a los medios de la normatividad emitida por la Coordinación de Becas Benito Juárez Tlaxcala.

La información proporcionada fue veraz, concisa y de un rigorismo admirablemente cronometrado como muestra de respeto hacia el tiempo de los reporteros que cubren esta fuente. Mis felicitaciones al licenciado Homero, como siempre tan atento y ágil en sus exposiciones.

Hasta ese momento la mañana soleada lucía espléndida, radiante, la cobertura informativa se antojaba perfecta, todo auguraba un final feliz; pero llegó el momento de la entrevista donde vino la negación respecto a los hechos ocurridos en las instalaciones de la Delegación Federal ubicada en Acuitlapilco al filo de la medianoche del 6 de junio pasado en que un grupo de sujetos que vestían ropas oscuras ingresaron por la parte lateral para someter al único velador de la institución y proceder a consumar el robo que gracias a la oportuna intervención de elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, el hurto fue inhibido y los maleantes huyeron y dejarlo  tirados elementos diversos que pensaban llevarse. Diversos medios de comunicación acudieron para la cobertura del suceso.

Durante la entrevista final que concedió la Delegada Federal entre otras preguntas surgió el cuestionamiento acerca del monto de lo sustraído en el citado robo a lo que declaró que no hubo robo alguno, que buscaban dinero y que los hampones buscaban en la caja fuerte, añadiendo que el vigilante adscrito a una empresa de seguridad privada, se encuentra en perfecto estado de salud.

Al comentarle los reporteros que estuvieron presentes la noche del atraco de los objetos que los elementos policiacos pusieron a disposición del Ministerio Público; concretamente un monitor Hewlett Packard color negro, negó tal circunstancia, al insistirle acerca de las evidencias documentadas por las cámaras de seguridad de las instalaciones negó tener acceso a esas grabaciones que ya obran en poder de la Procuraduría General de Justicia del Estado, al tiempo que reafirmó: “no había nada que pudieran llevarse, más que nada iban por dinero” (sic). Entre otros asuntos justificó la ausencia de comunicados debido a la presente pandemia mencionando la necesidad de la sana distancia en virtud de que –los Tlaxcaltecas somos muy dados al apapacho-.

Debo confesar que al ver el vídeo de la entrevista referida, un nudo me ahogó en la garganta impidiéndome articular palabra alguna y las lágrimas pugnaban por brotar a raudales por mis atribulados ojos; no concebía que alguien sujeto de mi idealización temprana negara un hecho que –si bien fortuito, fue real-. Recuerdo que a cierta edad mi rector el Padre Bruno (de feliz memoria) siempre me decía: sólo la verdad nos hará libres Jn. 8, 32. Hasta ahora entendí otro significado intrínseco del apapacho. Epílogo.- Cualquier parecido con la realidad no es mera coincidencia; es mala leche del lector.

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