Ya inició el proceso electoral 2020-2021. Serán las elecciones más grandes en la historia de México.
Se elegirán entre gobernadores, diputados federales y senadores, diputados locales, ayuntamientos y, en el caso de Tlaxcala, presidencias de comunidad. Todos estamos a la espera del comienzo de las campañas electorales para ver a los candidatos, evaluarlos y a sus propuestas, analizar el voto y esperar a que se elija el mejor gobierno, por el bien de todos.
Sin embargo, algo que ha estado presente en las campañas electorales, y que se transforma en un mal que daña la ya de por sí lastimada democracia mexicana, son los gastos de tope de campaña que es el límite de gastos que pueden realizar las y los candidatos en actividades operativas, propaganda realizadas en bardas, mantas, volantes, pancartas, equipos de sonido, eventos en lugares alquilados, sueldos, gastos de transporte y de material, viáticos, revistas y otros medios impresos, anuncios publicitarios, producción de mensajes para radio y televisión, representación en casillas, etc. Por ejemplo, para los candidatos a una diputación federal el tope de gastos es de $1, 432, 111. Mientras que los topes de una senaduría varía de acuerdo a la entidad federativa. Prueba de ello es la CDMX, Jalisco, Veracruz, EDOMEX que son las entidades con los topes de campaña más altos con $28, 642, 220. En cuanto a Tlaxcala, el tope de gastos de campaña al senado es de $4, 296, 333.
Pero, ¿qué es el tope de gastos de campaña? De acuerdo a la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (LEGIPE), el tope de gastos de campaña son montos máximos que cada partido político puede realizar en lasactividades de campaña para una determinada elección. Asimismo, son herramientas indispensables para garantizar la equidad en las contiendas para que no vuelvan a suceder actos donde se inyectan recursos millonarios a campañas electores. Por ejemplo, los más sobresalientes, el caso de Pemexgate en las elecciones presidenciales del año 2000 donde hubo desviaciones del sindicato de PEMEX a la campaña de Francisco Labastida (PRI). También, en esa misma elección, sucedió otro financiamiento por parte de los “Amigos de Fox”, organización civil en apoyo a Vicente Fox. O,más reciente, el escándalo de la entrega de tarjetas MONEX en el 2012 por parte del PRI y de Enrique Peña Nieto. Rebasar el tope de gastos tiene un costo, pues en 1993 se incorporó a nivel constitucional el COFIPE (Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales) que prevé como sanción una amonestación o hasta la nulidad de la elección por el rebase de tope de gastos de campaña.
Todas estas acciones son una clara señal de los males que existen en nuestra democracia. Si de por sí se otorga financiamiento público a los partidos políticos para limitar este tipos de acciones, ahora imaginemos el escenario donde sea el financiamiento privado el que lleve a cabo los gastos de campaña. Recordando que en la mayoría de los países democráticos el financiamiento de los partidos políticos es público, no privado.
Existe una percepción que se generaliza por una gran parte de la población mexicana donde las elecciones siempre resultan muy costosas y que los topes de gastos de campaña no han sido del todo funcional, para evitar estos elevados costos en la democracia mexicana. Aparte de que muchos de los políticos no dan resultados efectivos a las demandas de la población; la democracia resulta muy costosa. Los partidos políticos deben de reformar las leyes electorales para que exista una adecuada fiscalización a los gastos de campaña y existan sanciones severas para aquella candidata o aquel candidato que la cometiese. Ya que parece imposible que todos los candidatos respeten el tope de gastos establecidos por la autoridad electoral a pesar de que han existido masivas multas contra los partidos políticos.
Los retos para las futuras campañas electorales son muchos. Principalmente, se debe de lograr condiciones más equitativas entre los candidatosdurante la competencia electoral, una mayor transparencia en materia de financiamiento y asegurar que los partidos políticos pongan del apoyo y los recursos necesarios para su funcionamiento. Por ende, fortalecer a la democracia. Esperemos y estas elecciones sean diferentes y las instituciones electorales se vuelvan un panóptico entre los candidatos.
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