Lorena contagiada ¿y los 20 mil acarreados no?

Cortesía de Arturo Tecuatl

Nos solidarizamos con la mandataria tlaxcalteca Lorena Cuéllar tras haber contraído nuevamente Covid-19.

Ahora hay que encarar lo que puede ser un delicado problema de salud pública, ocasionado por un irresponsable e innecesario acto político al cual alrededor de 20 mil simpatizantes fueron acarreados o bien llegaron por su propio pie.

El gobierno debe reaccionar, primero haciendo las pruebas covid a cada asistente, y en el caso de dar positivo, desplegar un operativo urgente para monitorear su movilidad, pues a últimas fechas nos invadió un exceso de confianza pensando que la pandemia se había terminado.

Las autoridades también tienen la obligación de suspender todo acto público, religioso o social que reúna multitudes. Ya nos golpearon varias fases del contagió, nos arrancaron seres amados o nos dejaron secuelas.

No había necesidad de semejante riesgo. Reunir a 20 mil a celebrar el primer aniversario del triunfo en las urnas describe a una gobernante protagónica, con un lesivo culto al halago, una enfermiza afición al aplauso, a la ovación extrema para sentirse en armonía con una hegemonía partidista que aún no deja de celebrar cuatro triunfos recientes (Tamaulipas, Oaxaca, Quintana Roo e Hidalgo).

Tanta alegría puede ser un veneno que cunde entre la población. Nos preguntamos, ¿después de mostrar ese arriesgado músculo morenista, es mejor el estado de Tlaxcala?

No, rotundamente no. Al contrario. Hoy vivimos el riesgo de un contagió masivo, así como las reuniones irresponsables y conducta relajada.

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